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¿Que es la Medicina Fetal?

 

La medicina materno fetal es la rama de la ginecología que se encarga de las complicaciones que pudieran presentarse durante el embarazo, así como de sus posibles efectos en la madre y el feto.

Un médico materno fetal es un ginecobstetra con una subespecialidad de entre dos y tres años en medicina materno fetal y está específicamente capacitado para diagnosticar condiciones como el síndrome de Down, problemas placentarios, restricción en el crecimiento del feto, entre otras. Además, puede detectar y tratar enfermedades asociadas al embarazo, tales como preeclampsia (una de las complicaciones con mayor índice de mortandad durante el embarazo en nuestro país) y diabetes gestacional.

El diagnóstico oportuno de estos padecimientos permite tomar acciones que deriven en mejor atención y resultados para las pacientes y sus bebés. Los controles periódicos les ayudarán a ti y a tu médico a monitorear el progreso del embarazo y son esenciales para detectar cualquier problema de salud antes de que éste se vuelva serio. La Medicina fetal es el resultado del avance médico que nos permite comenzar con los tratamientos sin tener que esperar hasta su nacimiento, como sucedía hasta hace algunos años. Esta subespecialidad le permitie recibir tratamiento médico desde el vientre materno, con la finalidad de prevenir, detectar y corregir posibles afecciones.

Estos examenés van desde ultrasonidos HD Live en 3D y 4D hasta cirugías, cuya finalidad es mejorar o asegurar una buena calidad de vida. Los tratamientos son cada vez más sofisticados, lo que permite prevenir, diagnosticar e identificar anomalías. En algunos casos, se lleva a cabo la cirugía fetal, el procedimiento más desarrollado, que sólo realizan un reducido número de especialistas en el mundo, entre los que se encuentra Medicina Fetal de nuestro Centro Ginecologico Especializado Mujer.

 

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Concepto y Ámbito de la Medicina Fetal

La medicina materno fetal es la rama de la ginecología que se encarga de las complicaciones que pudieran presentarse durante el embarazo, así como de sus posibles efectos en la madre y el feto.

Hasta hace 30 años el feto no existía en Medicina. En dos décadas hemos pasado de determinar la posición fetal mediante maniobras de Leopold a poder estudiar con detalle la anatomía y fisiología fetales en un campo de conocimiento que ha crecido de forma proporcionalmente muy elevada respecto a la Perinatología clásica, o Medicina Maternofetal, y que la excede por diferentes razones. De forma general el concepto de Medicina Fetal se define a sí mismo, pero en diferentes contextos puede significar ámbitos de acción distintos.

En general parece aceptable asumir que cualquier aspecto de la Medicina que se asocie al feto se encuadra dentro de la Medicina Fetal. Desde un punto de vista clínico la mayor parte de la actividad la realiza la subespecialidad de la Obstetricia, que definimos con el mismo nombre. Sin embargo, la Medicina Fetal es multidisciplinar por naturaleza y es posible practicar facetas de la misma desde diferentes especialidades, sin las cuales la Medicina Fetal actual no sería posible. El conocimiento más esencial para la práctica clínica en Medicina Fetal incluye actualmente ecografía fetal, screening y diagnóstico prenatal de anomalías cromosómicas y génicas, screening de complicaciones obstétricas graves, dismorfología y anatomopatología fetal, genética y terapia fetal.

Todos estos campos se podrían considerar Medicina Fetal, están en crecimiento continuo, son ya extremadamente complejos y obviamente escapan al conocimiento de un solo especialista. Sin embargo, paradójicamente, desde la óptica de la práctica clínica, la visión actual de la Medicina Fetal ha consolidado el concepto de feto como paciente y, como tal, demanda una visión global, con mentalidad de proceso clínico. Esto implica, además de un conocimiento mínimo en los campos antes descritos, aspectos de información y psicología de los progenitores, relación multidisciplinar con otros especialistas, conceptos básicos sobre manejo postnatal y perinatología y decisiones obstétricas.

A partir de este nivel cada caso concreto debería poder acceder a niveles más superespecializados, tanto en las decisiones como en la información a progenitores, pero sin perder el concepto global y el carácter particular del paciente fetal en su binomio indisoluble con madre y embarazo.

En general, hablamos de Medicina Fetal para la disciplina que se ocupa de todas las patologías fetales primarias, tanto de su detección prenatal como de su diagnóstico y tratamiento. Sin embargo la Medicina Fetal, en la parte que implica a la ecografía especialmente, también tiene un papel muy importante en la investigación y práctica clínica sobre la detección precoz de patologías maternofetales de gran relevancia en Obstetricia, fundamentalmente preeclampsia y prematuridad. Por tanto, es habitual contemplar muchas patologías «obstétricas» en textos de Medicina Fetal, si bien los aspectos que conciernen al manejo clínico de la paciente obstétrica son habitualmente dejados a la Medicina Maternofetal «clásica» o Perinatología.

La Medicina Fetal ha crecido de forma proporcionalmente muy elevada respecto a la Perinatología clásica y es previsible que este crecimiento no se detenga, lo cual es lógico dado que el feto representa un campo de muy alta complejidad y, por tanto, la dimensión de los aspectos de Medicina Fetal seguirán creciendo en diferentes técnicas de imagen y en los distintos sistemas del organismo fetal. Entonces, ¿qué diferencia Medicina Maternofetal de lo que únicamente es Medicina Fetal? En la mayoría de centros clínicos u hospitalarios es relativamente irrelevante intentar hacer grandes distinciones y quizás la diferenciación tenga más sentido y sea más marcada en grandes centros con gran subespecialización y volumen de patología fetal.

En todo caso, sí es importante remarcar que el superespecialista en algún aspecto de Medicina Fetal debe proceder necesariamente de una especialización en Medicina Maternofetal. Para los nuevos subespecialistas, los conceptos clásicos de «perinatólogo» o «ecografista» como entes diferenciados son absolutamente obsoletos.

La ecografía es parte consustancial al especialista en Medicina Maternofetal, sea cual sea la patología a la que se dedique. Por tanto, la subespecialización en Medicina Maternofetal debe incluir tanto la patología materna como fetal, lo que abarca la ecografía y los procedimientos invasivos básicos como parte indisoluble de esta formación; después, en función de su entorno o sus intereses, un profesional puede superespecializarse de forma más intensiva en patología o grupos de patologías preferentemente maternas o fetales

 

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